La crisis de la COVID-19 está generando un impacto en todas las dimensiones de nuestras vidas: la salud, el empleo, la interacción social, la política, el espacio público, la economía, el medio ambiente y la actividad cultural.

El 2020 se ha llevado por delante la salud de muchas personas, el trabajo y los ingresos. Viéndose afectados de forma dramática los derechos culturales en general, y en concreto el derecho a participar en la vida cultural (DPVC)–recogido en el artículo 15.1.a) del Pacto Internacional de Derechos Económicos Sociales y Culturales (DESC) y reflejado a su vez en el artículo 44 de la Constitución Española.

Por otra parte, este año nos ha traído nuevas formas de creación, cambios en los procesos de comunicación, otros espacios escénicos. Han sido varias las acciones que a pesar de todo hemos podido desarrollar:

Creación de “WAK”, re-estreno del espectáculo “La Sabiduría de los Pájaros”, creación comunitaria en El Carmen “Maslow se cayó de una pirámide”, dinamizaciones online, dirección de la Gala CreaMurcia, talleres de herramientas escénicas aplicadas a la acción social,…

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El 2021 que entra deberá ser un año para impulsar acciones que afiancen los lazos entre el arte, la salud y el bienestar social.

Es necesario reconstruir relaciones, apaciguar los efectos postraumáticos y fortalecer las comunidades. Para ello, la cultura jugará su rol esencial permitiendo romper con el aislamiento a través de la creatividad y adoptando una perspectiva de derechos culturales, donde no se prive de las oportunidades de acceso efectivo de todas las personas y comunidades a participar en la vida cultural.

Vaya hacia quien quiera escuchar nuestro grito desesperado:

FELIZ 2021 y

¡¡¡¡AYE AYE AYE QUE LA CULTURA NO PARE!!!

La Aye Cía – Aye Cultura Social S.Coop.